Mediación
La mediación judicial es un proceso alternativo de resolución de conflictos en el cual un mediador neutral y capacitado facilita la comunicación y la negociación entre las partes en disputa, con el objetivo de ayudarlas a alcanzar un acuerdo mutuamente aceptable y satisfactorio. Este proceso se puede llevar a cabo dentro del marco del sistema judicial, con la participación voluntaria de las partes y bajo la supervisión de un juez o fiscal.
La mediación judicial ofrece a las partes la oportunidad de resolver sus diferencias de manera colaborativa, sin necesidad de recurrir a un litigio formal en los tribunales. Durante el proceso de mediación, el mediador actúa como un facilitador imparcial, ayudando a las partes a identificar sus intereses y preocupaciones, explorar opciones de solución y llegar a un acuerdo que sea justo y equitativo para ambas partes.
La mediación judicial puede aplicarse a una amplia variedad de casos y conflictos legales, incluyendo disputas civiles, familiares, laborales, vecinales y comerciales. Su objetivo principal es promover una resolución pacífica y consensuada de los conflictos, reduciendo la carga del sistema judicial y ofreciendo a las partes una mayor participación en la búsqueda de soluciones que satisfagan sus necesidades e intereses.
Adquiere especial relevancia en los casos de familia donde el modelo de regímenes de visitas más exitoso es el que se establece a partir de un acuerdo parental. Permite a los progenitores empoderarse de su situación/conflicto, se ajusta a la realidad familiar y elimina los roles de perdedor-ganador que se generan en el proceso judicial. Supera las debilidades estudiadas del modelo existente (semanas alternas, vacaciones divididas y visitas intersemanales) ya que asume que la disponibilidad de los progenitores/cuidadores es algo cambiante en el tiempo y enfoca la responsabilidad de los cuidados en la familia nuclear.
En casos familiares, donde los conflictos se hacen crónicos y se intensifica la judicialización de los litigantes, la socialización (proceso de interacción social y aprendizaje) del menor se ve directamente afectada, y a consecuencia, aumentan considerablemente los factores de riesgo. Los factores de riesgo obstaculizan el desarrollo normal de un menor, e incluso, pueden provocar situaciones de dificultad que hacen necesarias intervenciones específicas futuras.
La mediación no solo ofrece la oportunidad de sentar las bases de un acuerdo, sino que también, y más importante, es que restablece los canales de comunicación entre las partes y adquiere un carácter reparador en conflictos familiares, haya acuerdo o no.